Alicia
no se puede creer lo rápido que ha pasado el verano. Se encuentra
preparando la maleta y aún no ha asimilado que se va. Está segura
de que se despertará de esta pesadilla que está viviendo y volverá
a su vida feliz. Es que simplemente no puede dejar atrás todo lo que
tiene de repente: el instituto, sus amigos, su hermana, su casa... SU
VIDA. Pero por mucho que ha hablado con Ada, no ha conseguido
convencerla y va al internado sí o sí. Todavía se pregunta como va
a meter 15 años de vida en dos maletas, que es el equipaje
permitido. Este verano, ha vivido cada día como si fuera el último,
y Ada no se lo ha impedido, dado que sabe que es muy duro para su
hermana separarse tan repentinamente de su rutina. En realidad, Ada
no quiere que Alicia se vaya, pero las circunstancias son las que son
y no puede remediarlo. Le costó mucho tomar esa decisión pero al
final la tomó, y decidió que era lo mejor para las dos. Alicia mete
las últimas cosas y cierra la maleta. Ada ya está abajo con el
coche, y Celia y María también se encuentran abajo, esperando para
despedirse. Alicia baja con las dos maletas y las mete en el
maletero. Se dirige a sus dos amigas y las abraza durante mucho
tiempo. Las tres están llorando. Prometen que hablaran todos los
días por e-mail, ya que no dejan a Alicia llevarse el móvil al
internado. Por fin se separan y Alicia sube al coche, donde Ada ya
espera impaciente. Las tres amigas se dicen adiós hasta que ya no se
ven. Alicia sigue llorando durante todo el viaje, y Ada hasta piensa
dar la vuelta, pero recuerda que está haciendo lo mejor. No hablan
en todo el trayecto. Solo la música y los sollozos de Alicia rompen
el silencio. Cuando ya llevan media hora de viaje, aparece un cartel
en la carretera: “Bienvenidos al Internado de Lago Azul”. Ada
detiene el coche y las dos hermanas se bajan. Alicia saca las maletas
y Ada decide, finalmente, hablar:
-Alicia,
de verdad que no quiero verte llorar. Por favor, es lo mejor para ti.
Alicia
duda un momento. Observa a Ada y la abraza, la abraza lo más fuerte
que puede. Ha comprendido que es su hermana, y que solo desea lo
mejor para ella. Se acuerda de la canción Always be together, de
Little Mix, y las lágrimas ruedan por su rostro. Se separan y se
despiden. Alicia coge sus maletas y se dispone a cruzar la verja.
Observa como Ada se pierde en el horizonte. Avanza por el patio. A
ambos lados de la senda hay hileras de cerezos, y continúan hasta el
final del camino, donde se encuentra el edificio. Es un edificio muy
antiguo. En la puerta hay una mujer mayor esperándola.
-Bienvenida
al Internado de Lago Azul. Tú debes de ser Alicia, ¿verdad?
Alicia
asiente, cohibida. La mujer le inspira respeto.
-Bien,
entonces entra. Te voy a enseñar el instituto, pero antes déjale
las maletas a nuestro conserje, él las subirá a tu habitación,
que para tu información es la 322.
La
mujer la lleva por un sinfín de pasillos, dónde hay infinitas
puertas. En un punto de la ruta Alicia deja de prestar atención, y
decide que se las arreglará sola. Cuando por fin termina la
excursión por el internado, la mujer le pregunta:
-¿Te
has quedado con todo?-Alicia asiente.- Bien, pues hoy tienes las
clases libres, pero mañana te incorporas al horario normal. Aquí lo
tienes.
La
mujer extiende un papel con un horario a colores y se aleja por el
pasillo. Alicia se queda allí parada unos segundos y luego se
dispone a buscar su habitación. Por lo que le dijo la mujer, se
encuentra en la tercera planta. Es con lo único que se ha quedado de
todo el rollazo que le ha soltado. Se decide pues, a subir por las
escaleras. Cuando llega a la tercera planta, se encuentra una marea
de alumnos en todas direcciones. Algunos van tranquilos, otros corren
ajetreados, y otros simplemente están de pie en el pasillo,
pensando, hablando con alguien, repasando apuntes...
Alicia
intenta abrirse paso entre todos ellos, a la vez que está atenta al
número de las habitaciones. Pasado un tiempo ve la suya y se
encamina sin reparos hacia ella. Abre la puerta. Hay una chica
tumbada en la cama escuchando música. Parece que no se ha dado
cuenta de que Alicia ha entrado. De repente se pone de pie en la cama
y grita:
-¡
AND LIVE WHILE WE'RE YOUNG!
Alicia
pega un salto y se choca contra la puerta. La chica la mira asustada
y se desprende de sus auriculares.
-¿Quién
eres tú?
-Tu
nueva compañera de habitación. Soy nueva en el internado.
La
chica recapacita un momento y entonces grita feliz:
-Tú
debes ser Alicia, ¡¿VERDAD?!
Alicia
asiente, recordando que le han hecho esa pregunta apenas hace media
hora. La chica se calma y dice, ya en un tono normal:
-Yo
soy Laura María. Pero me llaman Laumari.
-Ah.
A mi me llaman Ali o Alicia. Puedes llamarme como quieras. Oye, ¿eso
que escuchabas era One Direction?
Laumari
mira a Alicia muy impresionada, parece que se le van a salir los ojos
de las cuencas.
-SÍ,
SÍÍÍÍ. ¿ERES DIRECTIONER?-Otra vez vuelve a ese tono tan
desmesurado. La diferencia es que esta vez Alicia le habla en el
mismo tono.
-SÍ,
LO SOY.- Responde emocionada.
Las
dos se abrazan, reconociendo la suerte que han tenido al ser
compañeras.
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